Es importante resaltar que el 89% de las edificaciones colapsadas habían sido construidas antes del terremoto de 1985 y que por lo mismo no tenían consideraciones estructurales que actualmente ya han sido reforzadas en el Reglamento de Construcción para la Ciudad de México y sus Normas Técnicas Complementarias; pero también es cierto que algunas edificaciones mostraron baja calidad en los materiales, falla en procesos constructivos, sobrepeso en la construcción de adiciones posteriores y una planta baja débil estructuralmente, es decir, con columnas muy esbeltas privilegiando el espacio para estacionamiento, y con pocos refuerzos de muros en otras direcciones que los hicieran más resistentes a sismos.
Por otra parte, la Procuraduría General Judicial del Gobierno de la Ciudad de México realizó más de 200 dictámenes en los edificios colapsados y en casos de fallas estructurales importantes, ya que todo edificio donde hubo muertos es considerado como un caso de homicidio y es necesario revisarlo con un grupo de Peritos en Criminalística, en Fotografía, en Ingeniería y Arquitectura y en Química, acompañados por personal del Ministerio Público; ellos hicieron las visitas y pruebas necesarias para determinar conclusiones y fincar responsabilidades en cada caso.